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Se hizo de rogar pero por fin apareció. Vestida de blanco, con su elegancia habitual, Ana García Obregón llegó ayer por la mañana a la Isla. No le acompañaban «los 7», pero sí un amigo y, por supuesto, su hijo Alex, que continuará siendo el único, ya que los rumores sobre su posible embarazo tras un breve encuentro con su ex, Davor Suker, están totalmente descartados. Contenta con el éxito que está cosechando la popular serie televisiva «Ana y los siete», la actriz aseguró que tiene previsto continuar en este proyecto y rodar nuevos capítulos, que mantendrán en vilo a millones de personas a partir de Navidad. Y prueba de esta buena racha profesional fueron las múltiples felicitaciones que varios pasajeros le dedicaron a su llegada al aeropuerto mallorquín. Una de las cuestiones que preocupaba a todos los seguidores de la madrileña fue la lesión en las cervicales que sufrió durante el rodaje de la serie. Lejos de ser algo grave, Ana explicó que estaba siguiendo una rehabilitación y que no tardaría en recuperarse.

Aunque es una fiel visitante de la Isla, parecía un poco despistada por la terminal de llegadas. Menos mal que estaba su hijo, muy avispado, y supo dirigirla correctamente. Diez días serán suficientes para tomarse un descanso en «El Manantial», la lujosa casa en Costa de los Pinos de la que ella es propietaria. Y, para aprovechar al máximo estas pequeñas vacaciones, la también presentadora ha decidido no desperdiciar ni un minuto.

Por eso, nada más llegar, compró unas cañas para ir de pesca y, después, se tomó su tiempo para disfrutar junto al niño de un baño en Cala Millor. Y no es de extrañar, porque en estos últimos días el sol de julio se está haciendo notar. Un año más Mallorca da la bienvenida a nuestra Anita, que está feliz y como ella afirma: «Soltera y sin compromiso».

Leyre Quintana