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No hay apagón que valga. La demanda de energía sigue siendo enorme y el sistema eléctrico Mallorca-Menorca volvió a registrar ayer un nuevo récord de consumo, 898'2 megavatios, el octavo en el mes escaso que llevamos de verano. Cabe recordar aquí que la previsión de punta de consumo que GESA-ENDESA había previsto para este verano era de 848 megavatios. Pues bien, se ha superado tres veces y la diferencia ya es de 50 megavatios. Pese a los llamamientos de la compañía energética a la población para que practique un consumo «racional y moderado» de la energía, en especial de los sistemas de refrigeración, el ritmo de incremento de la demanda ha alcanzado niveles «exagerados e insostenibles», en opinión de los responsables de GESA-ENDESA. El apagón del lunes no sirvió para concienciar a la población y ayer, a las 12'42 horas, se alcanzó un nuevo récord de consumo, al límite de los 900 megavatios, cuando la potencia eléctrica instalada en Mallorca y Menorca es de 1.200. La demanda en el presente julio ya es un 17'7 por ciento superior a la del mismo mes del año pasado. El nuevo récord es un 5'6 por ciento superior a la máxima prevista para este verano y se sitúa un 16'8 por ciento por encima de las máximas de 2002.

GESA ya ha localizado el origen del apagón de anteayer, pero continúa sin conocer la causa última. Fue en la subestación eléctrica de Son Orlandis, en el municipio de Palma, pero muy cerca de Pòrtol y sa Cabaneta, donde una línea presentaba una sobrecarga del 10 por ciento respecto a lo normal. El transformador número uno de Son Orlandis detectó la sobrecarga y, de manera automática, tal como ocurre en estos casos, se aisló para autoprotegerse y dejó de funcionar. «Se disparó», en el argot de los técnicos.

A partir de aquí, los «disparos» se sucedieron en una reacción en cadena. La sobreintensidad de la línea se trasladó al segundo transformador de Son Orlandis y el proceso anteriormente descrito se repitió. La subestación ya estaba temporalmente inutilizada, pero la sobrecarga eléctrica siguió buscando una salida y así «cayeron» sucesivamente las subestaciones de Son Reus y Valldurgent (Calvià). El paso siguiente fue la central térmica del Murterar, en Alcúdia. Así, tres de los cuatro grupos electrógenos de esta central también se dispararon como autoprotección. En ese momento, 405 megavatios dejaban de acudir a la red y la potencia eléctrica operativa quedaba descompensada ante la demanda. Se producía el llamado «cero», es decir, el fallo de todo el sistema pese a un primer intento por equilibrarlo. Toda Mallorca se quedaba sin electricidad a las 17'45 horas.