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Fuentes de GESA-ENDESA indicaron ayer que, cuando el consumo eléctrico descienda y lo permita, en otoño o invierno, el transformador número uno de Son Orlandis y otros de las subestaciones que sufrieron los efectos de la sobrecarga que dio lugar al apagón del lunes serán «desmontados y diseccionados» para comprobar si su operatividad es efectiva al 100 por cien, si bien la compañía apunta que sus revisiones reglamentarias avalan su correcto estado de mantenimiento.

GESA-ENDESA confirmó ayer que el apagón del pasado lunes en toda Mallorca tuvo su origen en la sobrecarga de una línea eléctrica que fue inutilizando temporalmente las subestaciones de Son Orlandis, Son Reus y Valldurgent, e hizo «caer» tres de los cuatro grupos electrógenos de la central de es Murterar, en Alcúdia. A partir de entonces, la potencia operativa quedó desequilibrada ante la demanda existente y falló todo el sistema eléctrico insular.

Sin embargo, seguía habiendo dudas sobre los motivos de que esa línea estuviera tan sobrecargada, hasta un 10 por ciento por encima de lo normal. Según la explicación aportada ayer por la compañía, la causa es la acumulación de «energía reactiva». En líneas generales, toda la electricidad que produce y transforma una red o sistema es la que se conoce como «energía activa». No obstante, el mismo funcionamiento de los equipamientos de la red y de los aparatos eléctricos, dotados de motor, de los propios abonados genera un excedente paralelo de energía que se denomina «reactiva» y que debe ser asumida por el sistema sin mayores problemas. La línea en cuestión ya presentaba una elevada carga de energía activa por la altísima demanda, pero a ello se sumó una aportación o acumulación inusual de energía reactiva. La sobreintensidad de la línea llegó al transformador número uno de Son Orlandis y éste, para autoprotegerse ante una carga superior a su capacidad, dejó de funcionar, dando lugar a la reacción en cadena anteriormente descrita.