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El sofocante calor del verano invita a refrescarse de cualquier manera posible y la mejor opción es un chapuzón en la piscina o pasarse el día en la playa, más aún cuando se trata del último domingo de julio y la mayoría de gente no tiene que ir a trabajar o ya disfruta de sus vacaciones veraniegas. Así se pudo comprobar durante todo el día de ayer en la zona norte de la Isla, donde las playas de Can Picafort y Alcúdia estaban abarrotadas de turistas y mallorquines que buscaban la opción más simple para huir del caluroso domingo. Del mismo modo, los residentes en los pueblos del Raiguer y del Pla de Mallorca acudieron a las piscinas municipales de sus respectivas localidades. Así, piscinas como la de Inca y sa Pobla se mostraban concurridas, aunque no se dió un lleno total.

En cambio, en las playas se podía notar más la afluencia masiva de acaloradas personas en busca del ansiado y refrescante chapuzón, o simplemente por el mero echo de conseguir un buen y enviable moreno. A las doce del mediodía, hora punta en las playas del Nord era dificil encontrar un pequeño sitio para poder tender la toalla en medio de la multitud de personas que ocupaban las extensas playas de Can Picafort o Ciudad Jardín. A pesar de tener el agua del mar muy cerca, los bañistas acudían a los diferentes chiringuitos de la playa para tomar una cerveza helada o un simple refresco cargado de hielo. Tal vez la explicación puede ser que la temperatura del agua del mar era demasiado alta debido a la gran temperatura exterior.

La oferta complementaria que ofrecen las playas, como los velomares, las conocidas «salchichas» y los« donuts», estaban a rebosar y se tenía que hacer cola para poder dar una divertida y refrescante vuelta, a tenor de las caras de satisfacción de los que pudieron disfrutar de ellas se trataba de una experiencia de lo más gratificante.

El sol calentaba cada vez más y el ansiado soplo de aire fresco sólo se dejaba ver de vez en cuanto, pasando rápidamente entre las toallas y hamacas para contento de todos los que allí estaban. La sombra de los pinos era el lugar más solicitado hacia las dos del mediodía, lugar ideal para disfrutar de una reponedora siesta tras haber pasado varias horas a la exposición del inclemente sol de julio o de haber acabado de comer la tradicional paella dominguera en el chiringuito de turno. Colchones hinchables, velomares, tiburones de plástico, manguitos para niños y gafas para bucear fueron los complementos más solicitados durante el día de ayer. Nada mejor que un placentero descanso sobre el colchón dejándose mecer por las olas del mar, parecía que todos se hubieran puesto de acuerdo a tenor de los mil colores que adornaron las playas.

M.N./M.P.