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Los Rolling Stones llegaron ayer a Palma desde Toronto, tras volar 7.000 km., donde el miércoles por la noche ofrecieron un espectacular concierto ante más de 450.000 personas. El legendario grupo de rock respondió con una gran actuación a la llamada de los organizadores canadienses, quienes confían limpiar a golpe de espectáculo masivo la imagen de la ciudad, seriamente dañada tras los brotes de neumonía asiática del pasado invierno. El público enloqueció cuando «los abuelos del rock and roll» aparecieron sobre el escenario, montado en Downsview Park, una antigua base militar del norte de la ciudad. El punto culminante del concierto llegó cuando Mick Jagger, mítico líder de la banda, profirió ante el público un visceral «¡Toronto ha vuelto y está explotando!», con el que el auditorio estalló de júbilo.

Los Stones actuaron junto a otros grupos de renombre, como AC/DC. Asimismo, también algunos actores conocidos, como Dan Aykroyd o Jim Belushi amenizaron la velada. Sin embargo, ninguno de ellos eclipsó a «Sus satánicas majestades», sin duda el grupo más esperado por el público. Los Stones abrieron el concierto con «Start me Up». Tras este clásico, siguieron con «Brown Sugar», «Don't Stop», «Ruby Tuesday», «You can't always get what you want» y, finalmente, el esperado y genial «Satisfaction». Acabado el concierto, la mayoría del público coincidía en que la espera y el precio de la entrada habían valido la pena. «Nos merecemos una fiesta así -exclamaba uno de los espectadores-, hemos pasado unos meses de mierda». En Toronto, la lengua de los Stones cambió la pesadilla del SARS por una velada soñada de rock an roll. El próximo martes, tras el oasis mallorquín, espera Benidorm.

Efe/E.Colom