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«Si no se realiza una reflexión en este sentido para conseguir que muchos más jóvenes lleguen a la universidad y no se queden a medio camino de sus estudios de Secundaria -Balears está a la cabeza en abandono prematuro de los estudios- vamos a perder el tren de la competitividad y no podremos mantenernos en el liderazgo a nivel turístico», avisó. Por no hablar de las implicaciones económicas, pues, según anotó, «la inversión en universidad genera una cantidad de PIB altísima; si en las islas tenemos del orden de 13.000 estudiantes, a millón y medio por cada uno suponen 19.000 millones de pesetas que, por el efecto multiplicador de la economía, generan del orden de dos o tres veces más este capital».

Este problema, advirtió, «no afecta sólo a la UIB, sino a Balears en su conjunto», la comunidad con menor gasto público y privado en universidades como porcentaje del PIB regional. Ante esta realidad, el vicerrector reconoció que «además de concienciar a la sociedad, lo primero que debemos hacer es tocar las variables que están bajo nuestro control de cara a captar alumnos».

Y quizá, el punto en donde haga falta la principal actuación para lograr este crecimiento universitario, concretó, sea en personal de administración y servicios (PAS). «Es fundamental adaptar y flexibilizar al máximo los estudios a las necesidades cambiantes de los alumnos y para eso es imprescindible contar con una estructura sólida en todos los segmentos, y en la UIB éste es flanco más débil».