La Conselleria de Medi Ambient prepara un ambicioso plan de
fumigación de los pinares de Balears para luchar contra la
procesionaria. Fuentes de este departamento autonómico han
asegurado que «se vive una situación de auténtica plaga que hace
necesaria una actuación inmediata». A pesar de la urgencia, el plan
debe pasar por el requisito del visto bueno del Consell de Govern,
por lo que se calcula que no se podrá poner en marcha hasta
septiembre. Los trabajos de fumigación en las cuatro islas mayores
durará unos dos meses y para ello se habilitará una partida
económica inicial de al menos un millón de euros.
La Conselleria ha decidido aplicar un plan de fumigación por «la
constatable expansión de la oruga en las masas forestales de
Balears y sus perniciosos efectos sobre los pinos y sobre las
propias personas en forma de afecciones y reacciones alérgicas».
Aunque el mal es de carácter generalizado, se ha comprobado que en
Eivissa la plaga no está tan extendida como en Mallorca y Menorca
gracias a tratamientos y fumigaciones en años anteriores. Desde la
Conselleria se asegura que las fumigaciones no tendrán
consecuencias mediomabientales negativas en los lugares donde se
apliquen.
Se conoce como procesionaria la larva (oruga) de una especie de
mariposa nocturna, la Thaumetopoea pityocampa Schiff. El nombre
común de procesionaria viene del hecho de que siempre se desplaza
en grupo, formando largas colas o procesiones.
Se trata de un insecto defoliador (se alimenta de hojas) que
actúa sobre el pino blanco y puede afectarlo gravemente si los
ataques son intensos y repetidos, o si los árboles están
debilitados.
Es una especie típica del Mediterráneo, aunque su aparición en
Balears es relativamente reciente. Fue introducida en Mallorca en
1952 por culpa de una plantación de pinos de la Península, dando
lugar a una rápida proliferación. A Menorca llegó en 1970,
posiblemente porque el viento transportó mariposas «mallorquinas».
En Eivissa, la presencia del insecto data de 1975, también por la
plantación de plantas peninsulares. Las Islas cuentan con el
problema añadido de que aquí no existe una parte de los parásitos o
predadores presentes en los lugares de origen de la
procesionaria.
Las orugas de esta especie son muy voraces. Normalmente, las
defoliaciones de la procesionaria no llegan a matar al árbol, pero
sí lo debilitan, frenan su crecimiento y propician la entrada de
otros insectos, en este caso perforadores.
Cada año se colocan en Balears miles de trampas de diversos
tipos, siendo las más conocidas las de feromonas, que atraen a los
machos antes de que fecunden a las hembras. Sin embargo, la
Conselleria ha considerado oportuno la aplicación del plan de
fumigación.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.