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Entre los años 1990 y 2001 han desaparecido en Mallorca 590 hoteles, hecho que supone el 29% del total de establecimientos que componían la planta hotelera, según los datos de un estudio realizado por la Federación Hotelera de Mallorca (FHM). Así, si en 1990 se contabilizaban 2.060 establecimientos, el 2001 se cerró con 1.470 hoteles. No obstante, esta disminución de la oferta hotelera no ha ido acompañada de una merma de plazas al mismo ritmo, ya que de las 283.455 que estaban de alta en 1990, todavía continúan vigentes 275.180, un total de 8.275 menos, cosa que supone un decrecimiento del 3%.

El documento de trabajo del FHM destaca que estas cifras no se corresponden con los aumentos de pasajeros que se han dado en el aeropuerto de Son Sant Joan en el mismo plazo: de los 4'6 millones de viajeros en el 1990, se ha pasado a siete millones en el 2001, un alza próximo al 55%.

«Si el número de plazas es menor y el de establecimientos también, dónde se alojan éstos turistas?», se pregunta la FHM. Según el informe, la oferta residencial «juega» con ventajas urbanísticas, fiscales y administrativos ante los alojamientos reglados y recoge la mayor parte de estos visitantes que sólo figuran en las estadísticas de AENA. Según el FHM, este tipo de oferta «ha crecido de manera desmesurada en menos de una década y lo ha hecho de manera desordenada tanto desde el punto de vista territorial como del turístico». La Federación Hotelera cita fuentes del Centro de Investigaciones y Tecnologías Turísticas (Cittib), dependiente de la Conselleria de Turisme, que fija el número de plazas en viviendas vacacionals en millón y medio.