En diez años casi se triplicará la proporción de extranjeros
residentes en Balears, lo que supondrá que en el año 2010 uno de
cada cuatro residentes en las Islas será de otro país. Este aumento
puede calificarse de espectacular y podría conllevar una serie de
cambios en la Comunidad balear si no se toman las medidas adecuadas
para que esta población extranjera se integre en las condiciones
óptimas.
El Instituto Nacional de Estadística lo ha dejado bien claro. A
partir de ahora, las distintas Administraciones deben actuar para
que esta previsible y masiva presencia de inmigrantes encuentre el
marco social y asistencial adecuado para una convivencia normal en
la sociedad balear.
A diez años vista de estas previsiones, habría que plantearse si
Balears está, hoy por hoy, en condiciones de asimilar este flujo de
población extranjera, porcentaje que podría ser menor de lo
previsto inicialmente si las nuevas exigencias para obtener el
visado y la reforma de la Ley de Extranjería funcionan al cien por
cien.
A pesar de ello, el incremento de residentes de nacionalidad
extracomunitaria será importante, no tanto por una afluencia masiva
de inmigrantes, sino por el simple hecho de que las tasas de
natalidad de los ya residentes llegan a triplicar su población
respecto a la tasa registrada en las Islas. Y aquí entran en juego
aspectos tan importantes como la escolarización, punto básico para
iniciar una total integración.
Balears tal vez podría asimilar este flujo de población, siempre
y cuando se orquesten todos los mecanismos necesarios para ello. De
otra forma, se incrementarán las condiciones adversas para que esta
convivencia funcione.
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