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El calor de este verano no respeta ni el refranero mallorquín. El dicho «Santa Margalida l'encén i Sant Bernat l'apaga» ha quedado hecho añicos por lo anómalo del presente estío. Santa Margalida (20 de julio) llegó muy tarde para encender el calor, que ya era tórrido desde un mes antes, y Sant Bernat (20 de agosto, anteayer) hizo un tímido intento para apagarlo, pero fracasó estrepitosamente. Unas gotas de lluvia hicieron creer que Sant Bernat cumpliría su misión anual, pero ayer se comprobó que incluso los santos necesitan aire acondicionado.

Numerosos ciudadanos se vieron gratamente sorprendidos cuando, en la madrugada de ayer, cayeron unas primeras gotas de lluvia que incluso caían con cierta fuerza. Algunos ya dieron el calor por concluido y empezaron a hacerse ilusiones ante la perspectiva de poder dormir a pierna suelta en los próximos días. A medida que transcurrieron las horas de ayer y avanzaba la mañana, se toparon otra vez con la dura realidad de un calor de justicia, en línea con lo que ha ofrecido este ya histórico verano de 2003.

La máxima de ayer en Balears, hasta las 18 horas, se registró en Portopí, con 34'1 grados. Eso es calor. En el resto de estaciones meteorológicas, todas las máximas superaron los 30 grados. Sólo una excepción: Alfàbia, con 27'3 grados, aunque se debe recordar que se encuentra a mil metros de altura.

Las mínimas fueron igualmente altas: entre los 21'1 grados de Lluc (a 500 metros sobre el nivel del mar) y los 25'9 grados de Eivissa. Sólo Alfàbia quedó por debajo de los 20 grados, exactamente 18'1.

En general, la entrada de una perturbación de origen atlántico ha permitido una ligera disminución de las temperaturas, pero sigue haciendo calor. Aun así, llamaron la atención las lluvias, muy esperadas, aunque no llegaron con la fuerza deseada: 5'1 litros por metro cuadrado en Alfàbia, 4'1 en Porreres, 1'2 en Portopí y todo lo demás, décimas de litro.

Las previsiones apuntan la posibilidad de chubascos localmente moderados, hasta 15 litros por metro cuadrado, para hoy y mañana, pero la perturbación iniciará el domingo su marcha y podrían volver a subir las temperaturas.

De todos modos, Agustí Jansà, director del Centre Meteorològic Territoral de Balears, apuntó ayer que «se van repitiendo las perturbaciones y eso indica que estamos llegando al final del verano y nos acercamos al otoño. Poco a poco serán más frecuentes y las temperaturas irán descendiendo paulatinamente, pero ahora continuamos con valores por encima de lo normal».

Por su parte, GESA-ENDESA, que ha sufrido un apagón general y diez récords de consumo eléctrico en dos meses de verano, informó ayer de su inversión de 1'5 millones de euros en la mejora de las subestaciones de Santa Catalina y Sant Joan de Déu, en Palma, lo que permitirá reducir las pérdidas, ahorrar energía y reducir considerablemente las emisiones contaminantes. La mejora consiste en la puesta en servicio de nuevos transformadores.