El director del Centre Oceanogràfic, Federico Àlvarez, rechazó ayer
las teorías referidas a un origen externo del exceso de suciedad
que se ha detectado este verano en el mar balear y atribuyó esta
situación a los residuos generados en las propias Islas.
Àlvarez no negó que algún residuo pueda tener una procedencia
peninsular, del norte de Àfrica o del resto del Mediterráneo
europeo, «pero hay que tener en cuenta que, en verano, la dinámica
marina disminuye su intensidad. Las corrientes pierden fuerza y hay
menos temporales. Y precisamente este verano se ha caracterizado
por la falta de vientos y temporales. Por lo tanto, cabe deducir
que la mayor parte de la suciedad que encontramos en nuestro mar y
en nuestras costas se ha originado aquí mismo».
Àlvarez explica que «Balears se ve envuelta por ramificaciones
de las grandes corrientes marinas procedentes del mar de Liguria,
por el norte, y del Estrecho de Gibraltar, por el sur. Estas
corrientes son constantes. Aunque se pueden producir variaciones,
según las condiciones climáticas, las corrientes tienen mayor
fuerza en invierno, mientras que en verano el mar tiende a estar
más quieto. Sólo los vientos y los temporales activan la fuerza de
las corrientes y, en este sentido, el verano ha sido muy tranquilo.
Por tanto, el sentido común nos dice que la mayor parte de la
suciedad que vemos en el mar balear es atribuible a un origen
propio».
El director del Oceanogràfic señala que «ahora no hay estudios
que indiquen científicamente una mayor presencia de residuos, pero
ésta es una realidad que todos percibimos sin grandes análisis».
Asimismo, recuerda que «en Estados Unidos se multa a cualquier
barco que no lleva basura porque eso significa que la ha lanzado al
mar».
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