En la foto, Matías Kuhn junto a los niños kosovares. Foto: TERESA AYUGA

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Los dieciséis niños kosovares que se encuentran en Mallorca gozando de doce días de vacaciones estuvieron ayer en la sede de la Fundación Mathias Kühn, de Palma. Allí pasaron parte de la mañana pintando, una de las actividades que les había preparado la Fundación para ayudarlos a integrarse. Los motivos más usados a la hora de dibujar fueron la playa, la arena y el sol, todo aquello que han visto desde que llegaron y donde han pasado momentos agradables de felicidad, un concepto tan poco habitual en el campo de refugiados donde viven. El pintor argentino Juan Carlos González Galeano les enseñó a hacer caricaturas, algo que les pareció algo muy divertido. Durante la mañana, los niños estuvieron acompañados en todo momento por Miquel Roig, alma mater del proyecto «Vacaciones en Mallorca» de la ONU, mediante el cual han hecho posible la visita de los kosovares.

El objetivo del proyecto era que comprobasen que es posible «otra realidad, la de vivir en paz», según palabras de Roig. Su sueño no sólo se ha cumplido, sino que ha mejorado las expectativas, ya que el grupo de niños está completamente integrado y se han olvidado de la guerra y de las malas relaciones que han marcado y siguen marcando trágicamente su vidas y la de sus familiares, las más necesitadas del campanento.

Norma Rotger