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La moda de Miquel Adrover irrumpe de nuevo en las pasarelas neoyorquinas y, como es habitual en él, lo hace con fuerza, con propuestas innovadoras en diseños mínimos, tanto para él como para ella; colores blancos y telas ligeras que se complementan con tejidos gruesos y tonalidades oscuras como parte del contraste a que nos tiene acostumbrados este joven diseñador. El «consentido de las pasarelas», como se conoce ya a este mallorquín de Calonge residente en la ciudad de los rascacielos, presenta su colección primavera-verano 2004 junto a grandes talentos de la talla de Carolina Herrera en la Semana de la Moda, una Babilonia multicultural que en esta ocasión ha reunido a diseñadores procedentes de países como Turquía, Croacia o Brasil.

La propuesta de Adrover, que busca ante todo la comodidad y la naturalidad, se caracteriza también por su espíritu vanguardista y crítico. El diseñador no sólo no da la espalda a la actualidad, sino que se atreve a pronunciarse, a través de sus diseños, sobre temas como la guerra y la violencia, sirviéndose para ello del poder que le otorgan las pasarelas. El mallorquín, un experto en el mestizaje que acostumbra a incluir en sus diseños pinceladas de otras culturas, nos sorprende esta vez con una colección básica, de líneas muy depuradas.

Efe/R.V.