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El otoño entró en Balears haciendo honor a su fama de inestable. Lluvia y viento irrumpieron ayer, primer día de la estación, con mucha fuerza en las Islas, aunque a lo largo de la jornada la meteorología se fue calmando e incluso dio paso a una cierta y ya conocida sensación de calor. En cualquier caso, el otoño llegó de manera espectacular, con 15.000 rayos sobre el ámbito de las Islas y el mar balear entre las 2 de la madrugada y las 11 de la mañana. Hasta las 8, 13.000 rayos ya habían descargado en la misma zona. A primera hora de la mañana aparecieron las lluvias. Poco después de las 9 horas, 32 litros por metro cuadrado caían en Portocolom, de los cuales 25 lo hicieron en 30 minutos y acompañados de rachas fuertes de viento de hasta 85 kilómetros por hora. Unas horas antes, el aeropuerto de Menorca había registrado 36 litros por metro cuadrado en 90 minutos. En el resto de Balears, las lluvias fueron más débiles y espaciadas: 12 litros en Palma-Portopí, 11 en Lluc, 10 en el Port de Pollença, 9 en Alfàbia y 8 en Porreres.

Como siempre que se presentan tormentas con importante aparato eléctrico, los impactos de rayos causaron ayer daños en diversas líneas de la red que interrumpieron el suministro energético a un total de 13.000 abonados de Mallorca y Menorca (7.000 en la primera y 6.000 en la segunda). Efectivos de GESA-ENDESA, en estado de alerta ante el riesgo de proliferación de averías, iniciaron los trabajos de reparación de la red. Las líneas eléctricas dañadas en Mallorca fueron las de Sencelles, que alimenta parte a localidad y Costitx; Son Bordils, que suministra energía eléctrica a Sineu, Llubí y Lloret; la Alqueria Blanca, que afecta a esta población y la de Calonge; la de Felanitx que sirve electricidad a una parte de este pueblo; y la de Portocristo.