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Joan Vicens y su hija, Bel Vicens, han sido absueltos de un presunto delito de explotación de trabajadores después de que el fiscal retirara los cargos presentados a raíz de una denuncia de tres ciudadanos ecuatorianos contratados en sus fincas.< Fue el 20 de junio de 2001 cuando efectivos de la Brigada de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía, con vehículos y un helicóptero, además de miembros de Inspección Laboral, irrumpieron en una de las explotaciones agrarias de la familia Vicens tras la denuncia de tres ecuatorianos que habían trabajado allí. Esa acción tuvo una amplia repercusión en los medios de comunicación.

Estos tres trabajadores acusaban a los Vicens de «obligar a trabajar a menores de edad, no ofrecer vivienda digna a sus contratados, pagar por debajo de lo estipulado y retener papeles y permisos laborales». En el juicio, celebrado el pasado martes, ninguna de las declaraciones de los sucesivos testigos del fiscal pudo sustentar tales acusaciones. Hasta tal punto fue así, que el propio Ministerio Fiscal optó por retirar los cargos.

Bel Vicens atribuyó la acusación de los tres ecuatorianos a que «abandonaron sus puestos de trabajo en nuestra explotación sin darnos los correspondientes 15 días de plazo. Les anuncié que no les pagaría esos 15 días porque perdían el derecho y fue entonces cuando presentaron unas denuncias llenas de falsedades».