Los binissalemers recordaron durante la gran Diada del Vermar
sus raíces. Asimismo, centenares de visitantes y turistas tampoco
quisieron perderse esta fiesta y se acercaron durante el día de
ayer hasta la localidad para conocer de cerca los diferentes actos
organizados que giran entorno a la viña, la vendimia y el vino.
Después de la tradicional misa de fiesta, tuvo lugar el concurso
de racimos de uva, que se celebra desde el año 1973. Este año, el
racimo que consiguió el primer premio fue el que presentó Natalia
García, de Consell, con 2'85 kilos de peso. Los racimos que se han
presentado han pesado menos que en anteriores ocasiones a causa de
la escasez de lluvias durante el verano. A pesar de ello, los
viticultores se mostraron optimistas y aseguraron que los vinos
Denominación de Origen Binissalem de esta temporada serán de una
calidad excelente.
Uno de los momentos más emotivos de la mañana fue cuando los
vermadors de este año hicieron la tradicional ofrenda demost novel
a Nostra Senyora de Robines. A los presentes también se les puso la
piel de gallina cuando la binissalemera Maria Cànoves cantó La
Balanguera y el himno de Binissalem. El president del Parlament
balear, Pere Rotger; la vicepresidenta del Consell, Dolça Mulet; el
delegado del Gobierno, Miquel Ramis; el director general de
Agricultura, Gaspar Oliver; el coronel Gaspar Alorda; y los
diputados socialistas Francesc Antich y Valentí Valenciano, entre
otros, disfrutaron de los actos de la mañana de ayer acompañados
por el alcalde, Miquel Nadal, y el resto de regidores del
Ajuntament de Binissalem.
Carme Moreno
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