El célebre pailebote Rafael Verdera enmarcó ayer la presentación
del libro La vigilancia costanera al ponent, del escritor Àngel
Aparicio, integrante del Grup per l'Estudi de les Fortificacions
Balears. El acto consistió en una excursión marítima, abierta al
público y con 50 pasajeros a bordo (entre ellos la presidenta de
Amics del Museu Marítim de Mallorca, Hortensia Blanco; la
coordinadora del Centre de Documentació Marítima del Museu Marítim
de Barcelona y el director del nuevo Museo Marítimo de la Ría de
Bilbao), desde Palma hasta Cala Portals Vells, en cuyo recorrido se
explicó la historia de estas construcciones del litoral en la costa
oeste de la bahía.
Esta iniciativa ha constituido una actividad complementaria de
las «II Jornades sobre Patrimoni Marítim. Els museus marítims:
col.leccions i edificis», organizadas por Amics del Museu Marítim y
el Consell de Mallorca el pasado fin de semana. Con una mañana
encalmada tras el temporal aunque con un cielo nuboso y un
creciente embat con mar rizada, el antiguo velero, que ostenta el
título de ser el más antiguo buque registrado en la marina mercante
española (fue construido en Eivissa en 1841) se dispuso a zarpar,
en pos de una singladura con sabor histórico.
Tras dejar atrás el muelle emproamos la bocana oteando la torre
de Peraires, la torre de Senyals y, tras doblar el Dic del Oest,
bordeamos la punta rocosa sobre la que se erige el Castell de Sant
Carles. como preludio de la singladura. Desde este punto, el
botalón del «Verdera» puso proa hacia Illetes, y desde su cubierta
se pudo observar su semiderruida torre, para continuar hacia Palma
Nova y Magaluf, separadas por la torre de Na Nadala, y continuar
hasta la torre de Cala Portals, donde, en lontananza, se divisa la
torre de Cala Figuera.
Gabriel Alomar
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