La caída de ventas de reservas en el mercado alemán y británico,
principalmente, y las pésimas perspectivas que hay para este
invierno, ha propiciado que la planta hotelera abierta este año en
Mallorca en octubre sea entre 15 y 20 puntos menos respecto al
pasado año, que cuantificado representa tener cerrados 50.000
plazas más respecto a 2002.
La Federación Hotelera de Mallorca anuncia un cierre
generalizado en la mayoría de las zonas hoteleras de la Isla,
quedando concentrada prácticamente en su totalidad en Palma, Platja
de Palma y Calviá. El presidente de la patronal hotelera, Pere
Cañellas, indica que este invierno «será duro para el sector
turístico mallorquín, pero más en concreto para los hoteleros. Las
perspectivas son muy malas y no se puede hacer nada para remediar
esta situación a corto plazo».
Cañellas indica que va a ser complicado recuperar las cifras de
hace cuatro años en temporada baja. «Se tendrá que reconstruir la
temporada baja y media poco a poco, pero será complicado luchar
contra la temporalidad», puntualizó. En el comparativo de la planta
hotelera abierta, sin contar con los apartamentos turísticos
(alrededor de 420 establecimientos en la Isla, que suman alrededor
de 39.000 plazas), octubre se ha caracterizado por un cierre
paulatino de la mayor parte de los hoteles, de ahí que a final de
mes estén inoperativas 50.000 plazas hoteleras menos que en octubre
de 2002.
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