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María Luisa Feliu, es una ama de casa y madre de familia que de la manera más imprevisible ha conseguido que las recetas de comidas caseras que enviaba a sus hijos a Barcelona, se conviertan casi en todo un Best-seller. Y es que, María Luisa, ha repartido y regalado a amigos y conocidos más de 3.000 ejemplares, o fotocopias encuadernadas de sus recetas. Todo ocurrió cuando ella y su marido, de profesión militar, estaba destinado en la Ciudad Condal. Estuvieron 18 años y cuando su marido se retiró regresaron a Mallorca, quedandose en Barcelona sus cinco hijos. Mario, uno de ellos era a quien mejor se le daba la cocina, y este le pedía como se hacían las cosas. María Luisa empezó a escribir a su hijo las recetas de comida que ella recordaba y como ella misma las hacía. Al finalizar Mario la carrera de aparejador destinó parte de su primer sueldo a una máquina de escribir para regalarsela a su madre. «Fue así como empecé a escribir a máquina las recetas que el podía cocinar», comenta María Luisa.

Un día marchó hasta Barcelona a ver a sus hijos y se llevó todas las recetas que había escrito, las encuaderno y aunque llenas de faltas de ortografía, aquellas recetas gustaron mucho. Tanto que le compraron un ordenador portátil, de los primeros que salieron a blanco y negro, así que María Luisa comenzó a escribir las recetas más en serio. Incluso se permitía el lujo de poner dibujitos con el programa del ordenador. En una ocasión una ONG le pidió para colaborar a lo que ella indicó que lo único que podía aportar era un recetario hecho por ella misma. Tuvo tal aceptación que rápidamente se corrió la voz y todos querían una encuadernación de aquellas recetas. Comenzó a fotocopiar y repartió más de 3.000 ejemplares a muchos amigos. «Hay hasta en China, New York -confiesa, María Luisa- Chile, México, Granada, Valencia, Alicante, etc.». Y añade, «como no se vende, mucha gente no sabe como conseguirlo... pero ya no quiero imprimir más por que me sale carísimo, imaginese». En «Mi recetario de cocina» se pueden encontrar platos como: pierna de cordero asado, calamares rellenos, sopas mallorquinas, lengua con alcaparras, bacalao a la vizcaína, albondigas, etc. Por otro lado, también ha realizado otro libro de repostería de cómo se pueden hacer los típicos turrones, empanadas, helados, cocas, etc.

Incluso todo ello ha dado pie a algunas anécdotas; «fijese que mi marido no se metió nunca en la cocina y mucho menos iba a la compra. Cuando se jubiló comenzó a cocinar y como tiene mucha paciencia no vea lo bien que cocina».

Julián Aguirre