La construcción de aparcamientos subterráneos en Palma está
produciendo algunas sorpresas. Si en el caso del de Vía Roma fue el
descubrimiento de la muralla renacentista, en el de Santa Pagesa,
que lleva un retraso considerable, es la gran cabina de acero
inoxidable y vidrio que agrupa el acceso al subterráneo por el
ascensor y por la escalera.
La «caja» en cuestión supone una especie de gran muralla
desproporcionada de acuerdo con las dimensiones de la plaza en la
que ha sido plantada, lo que ha levantado las protestas de algunos
vecinos quienes se han dirigido a Ultima Horapara quejarse «por el
armatoste que el Ajuntament nos ha endosado», y también por el
retraso de las obras, que ya está siendo más que considerable.
Esa circunstancia nos lleva a comparar cómo han solucionado en
una ciudad como Bilbao, la estética de los servicios municipales
subterráneos como es el metro. El diseño de las cubiertas, así como
las estaciones subterráneas, andenes y galerías se debe al
prestigioso Norman Foster, motivo por el cual a los accesos en
superficie se les conoce como «fosteritos», y se han constituido en
parte integrada en el patrimonio artístico y cultural de la ciudad
y las zonas hasta donde llega el servicio. Si en Bilbao, a los
accesos se les bautizó como «fosteritos», el de Santa Pagesa ya
está recibiendo diversos apelativos como «trasto», «armatoste»,
«búnker». Otras cabinas más discretas, pero de similar diseño
«cajiforme», están instaladas en los aparcamientos de las avenidas,
y también en Ausias March, para el acceso en ascensor.
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