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P.C./M.G.
La reforma de la Ley de Extranjería que el lunes entra en vigor impone una serie de cambios, algunos de gran importancia para el futuro de los inmigrantes ilegales que residen en España.

Desaparecen los intermediarios. La reforma de la Ley de Extranjería establece que las solicitudes iniciales de los permisos de trabajo y residencia tan sólo las puede tramitar el propio empresario ante la oficina de Extranjería, y las renovaciones los mismos trabajadores. De esta forma se elimina la posibilidad existente hasta ahora de que el trabajador nombrase a un representante para realizar estos trámites, como sindicatos, gestorías o abogados.

El visado se deberá solicitar personalmente y en el país de origen. Otra novedad será que todos los visados deberán solicitarse personalmente en el país de origen, mientras que hasta ahora en algunos casos se podía nombrar a un representante en ese país de procedencia para que acudiera a la embajada a solicitar el visado.