Desaparecen los intermediarios. La reforma de la Ley de
Extranjería establece que las solicitudes iniciales de los permisos
de trabajo y residencia tan sólo las puede tramitar el propio
empresario ante la oficina de Extranjería, y las renovaciones los
mismos trabajadores. De esta forma se elimina la posibilidad
existente hasta ahora de que el trabajador nombrase a un
representante para realizar estos trámites, como sindicatos,
gestorías o abogados.
El visado se deberá solicitar personalmente y en el país de
origen. Otra novedad será que todos los visados deberán solicitarse
personalmente en el país de origen, mientras que hasta ahora en
algunos casos se podía nombrar a un representante en ese país de
procedencia para que acudiera a la embajada a solicitar el
visado.
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