El nuevo obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui Soriano.

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«Crecí entre serrín y madera, un poco como Nuestro Señor Jesucristo en Nazaret». Cuando se le pregunta por sus primeras impresiones tras el nombramiento, responde: «Pues, es un sentimiento mezclado. En primer lugar de una enorme gratitud a nuestro Señor, al Santo Padre porque el nombramiento de Mallorca supone para mí un grado de confianza muy grande. Es una Diócesis muy especial y que me confíen a una de la importancia de Mallorca es un honor inmerecido, un reto, una ilusión y también, alegría por la confianza. Después, también, siento la pena de partir de Valencia, porque claro, son 57 años que llevo aquí. En Valencia lo he aprendido todo y quiero mucho a esta tierra y a esta Diócesis que me lo ha dado todo, pero también siento la alegría de ir a Mallorca, lo que significa levantar la tienda, empezar una vida nueva, un nuevo camino, un nuevo servicio, dejando la historia anterior».

También, comenta su cometido como obispo auxiliar de Valencia, y señala que, en teoría, «no hay una función específica». «Depende de cada Diócesis, de cada arzobispo al que tienes que ayudar y de las circunstancias», explica. «Mi labor ha sido, primero, de una ayuda muy cercana, de consejo, colaboración con el arzobispo, y creo que también he tenido mucho que ver con la ayuda y con animar a los vicarios episcopales, que es una gente que está entregada. También, me he dedicado mucho a visitar a sacerdotes, a enfermos, sacerdotes nuevos, para cuidarles, porque creo que si el obispo se preocupa de los sacerdotes, los cuida y procura que estén bien, estos ya cuidarán de las parroquias».

El nuevo obispo de Mallorca insiste en la importancia que otorga a la figura del sacerdote: «Para mí, el tema de los sacerdotes es muy importante. Como obispo auxiliar he trabajado mucho con ellos, he querido darles lo mejor que tengo como compañero, hermano, como amigo, y después para mí ha sido también precioso visitar muchas parroquias. He estado en muchos actos parroquiales y he impulsado mucho la visita pastoral. Llevamos más de 300 visitas a parroquias en estos dos últimos años, y habré visitado unas 160 parroquias en el tiempo más reciente, me encuentro feliz en la visita pastoral, y con las parroquias porque mi mundo es la parroquia, he sido cura de parroquia toda la vida»