La directiva del Castillo Hotel Son Vida, como viene siendo
costumbre por las fiestas de Navidad, agasajó a sus clientes con
una copa de fin de año que coincidió con una muestra a cargo de
reconocidos maestros artesanos. El director, Miguel Eugène, y los
miembros de la directiva Federico Marín y Juan Pons, recibieron a
sus invitados en el salón Ricardo Ankerman, donde les fue ofrecido
un aperitivo acompañado con cava.
Los súbditos extranjeros alojados en el hotel demostraron mucho
interés en las actividades que practicaban los artesanos allí
reunidos. Catalina Ferrer, del Port d'Alcúdia, participó junto a
dos aventajadas alumnas de la escuela de bordado, que realizaron
distintos puntos con tambor. También aportaron una exquisita
muestra de mantelerías, toallas de hilo y ristras de neules.
Otras de las participantes en bordado y confección de flores y
campanas de conchas de mar fueron las representantes de Muro, con
la profesora María Ordinas al frente del grupo de alumnas. Éstas
obsequiaron con una flor de coquilles a varios clientes, que se la
prendieron en la solapa de sus trajes. Mucha curiosidad y demanda
tuvo la confección de bunyols amb forat o fritos que elaboró en
directo Francisca Juan Cifre, de Pollença. Los clientes no cesaron
de acercarse a su estand a repetir del exquisito dulce mallorquín,
mientras observaban atentamente la destreza del joven cordador de
cadires de es Secar de la Real Pep Toni Ferrer, quien se enfundó
con elegante vestimenta de payés, haciendo pareja con su esposa,
que trabajaba cestas de llatre, también vestida a l'ample.
En otro salón los clientes también pudieron admirar la variada
muestra de bordados a cargo de la asociación Fils d'Or.
Amalia Estabén
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