El paquete de medidas lingüísticas aprobadas ayer por el Ejecutivo
no ha gustado a la comunidad escolar, al menos a sus representantes
oficiales ya que tanto el STEI, que agrupa a los trabajadores de la
enseñanza, como la Federación de Padres de Alumnos de Mallorca han
cuestionado la medida, han dudado de su efectividad o han
cuestionado su legalidad. Además, para la Obra Cultural Balear
(OCB) se trata del principio de la ruptura del consenso lingüístico
que había existido hasta ahora.
Desde el Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament (STEI), su
secretaria general, Neus Santaner, lamentó no haber tenido un
conocimiento previo de los planes del Ejecutivo y calificó de
«segregación lingüística» la posibilidad de abrir dos modalidades
de enseñanza en los primeros años de la etapa escolar. Neus
Santaner, además, mostró sus dudas sobre la legalidad y se preguntó
si el papel asignado a los padres, por encima del Consejo Escolar,
no va en contra de la ley orgánica de la Educación.
Sobre la propuesta concreta de adjudicar automáticamente a los
alumnos que hayan completado la ESO el nivel C del catalán indicó
que tendría sentido si de verdad se cumpliera la Ley de
Normalización Lingüística y el alumnado tuviera el mismo grado de
conocimiento de las dos lenguas. Indicó que, sin embargo, no es
así. Para la representante del STEI, la decisión de potenciar el
Institut d'Estudis Balearics para impulsar las modalidades
lingüísticas, supone «la valencianización de la política
lingüística».
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