TW
0

Hoy la Diócesis de Mallorca deja oficialmente la parroquia de San Gabriel de Cascas, situada en el Departamento de Cajamarca, en la cordillera de los Andes (Perú) que pasará a estar dirigida por sacerdotes del país. Asimismo, se hará cargo de la parroquia del Santísimo Salvador de Pachacamac, situada en el Valle de Lurín, a unos 35 kilómetros al sur de Lima.

El administrador diocesano de Mallorca, Andreu Genovart, y la delegada diocesana de misiones, Antonia Sastre, se encuentran, con tal motivo, desde el pasado 7 de enero en Perú, donde hay una numerosa comunidad mallorquina compuesta por 43 sacerdotes y religiosas.

La tradición misionera en Mallorca se remonta a sus propios orígenes, tal y como asegura el misionero Bernardo Martorell Nicolau en el libro 'Siguiendo mi camino'.

Sin embargo fue a principios del siglo XX cuando un número importante de sacerdotes mallorquines fue a Hispanoamérica. En el año 1955, el entonces obispo de Mallorca, Juan Hervás Benet, organizó el primer equipo de misioneros de la diócesis y lo puso a disposición del arzobispo de Lima. A pesar de que entonces Juan Hervás fuera trasladado a la Diócesis de Ciudad Real, su sucesor, Jesús Enciso Viana, asumió aquella determinación y el grupo viajó a Perú el 24 de diciembre del mismo año.

Desde entonces la Iglesia de Mallorca fue adquiriendo compromisos con las archidiócesis de Trujillo y Piura, y las diócesis de Chibote y Cajamarca.

En 1961 la Tercera Orden Regular de San Francisco asumió la prelatura de Huamachuco, que al convertirse en diócesis, tuvo como primer obispo al mallorquín Damià Nicolau Roig.

El intenso movimiento diocesano se vio ampliamente consolidado durante el largo pontificado de Teodor Úbeda. De tal manera sacerdotes diocesanos, religiosos Franciscanos y Jesuitas, además de numerosas órdenes religiosas femeninas como las Agustinas del Amparo, Hermanas de la Caridad, Dominicas, Franciscanas, Reparadoras, Sagrado Corazón, Teresianas, Trinitarias y misioneras del Verbum Dei, miembros seglares y de la Prelatura Personal del Opus Dei, están en la actualidad en Latinoamérica y, en concreto, en Perú.