TW
0

Como un elefante en una cacharrería. Las propuestas anunciadas por el conseller Francesc Fiol han provocado tal revuelo que llevan a hacer pensar si era el mejor momento para hacerlas. A la vista de los exámenes que se deben de estar celebrando mientras lee este análisis, sin garantías plenas de que las pruebas vayan a realizarse correctamente, no parece que sea el mejor momento para hacer unas propuestas que, en harina periodística, más bien reciben el calificativo de globo sonda.

Material sensible, división asegurada. Al margen de que, de momento, el Govern no ha concretado su intención en decretos aprobados por el Consell de Govern, su simple anuncio ya ha puesto en evidencia que la anunciada promesa de que Balears sea una sociedad bilingüe no va a ser precisamente un camino de rosas. La lengua es material sensible, lo que es tanto como decir material de división asegurada. La presidenta de UM ha dicho esta misma semana que la lengua será el talón de Aquiles del PP, como la ecotasa la fue para el Pacte.

Comparaciones, exageraciones y puntualizaciones. Tal vez la comparación de Maria Antònia Munar sea exagerada, pero sí es cierta en, al menos, un aspecto: si el PP puso el grito en el cielo porque la ecotasa se impuso en contra de la opinión del sector relacionado, también es cierto que el Pacte está en todo su derecho de clamar contra el PP para exigirle que consulte con la comunidad educativa antes de llevar a cabo una propuesta semejante.

El fondo de la cuestión planteada. Más allá de la oportunidad a la hora de plantear estas propuestas -ya se ha insinuado que la cercanía de las elecciones algo ha tenido que ver en ello-, el anuncio en sí tiene más componente disgregador que integrador. Es cierto que el PP ganó las elecciones con las cartas boca arriba y una de ellas era el bilingüismo. ¿Y qué es ser bilingüe: que la mitad izquierda de una persona hable castellano y la mitad derecha catalán o que una misma persona sea capaz de hablar y entender los dos idiomas? La fórmula del PP, todavía en abstracto, parece elegir la línea de la división en dos mitades.

Y sin embargo, en algo acierta. A pesar del revuelo suscitado y de la carga de profundidad de las propuestas, la homologación del Nivel C de catalán al finalizar la ESO no sólo parece una propuesta sensata, sino que además tiene toda la lógica del mundo. Que se alegue que los alumnos no salen lo suficientemente preparados en catalán a esa edad no es más que la constatación evidente de que algo falla en el sistema educativo. Así que parte de quienes protestan por esta medida lo que están haciendo es tirarse piedras contra su propio tejado.

Más allá del énfasis de las modalidades. Tampoco parece desacertado preservar e incentivar las modalidades propias del catalán de las islas, que suponen un enorme enriquecimiento del lenguaje. Pero este énfasis de la modalidad hace temer que exista un más allá. El artículo salat es un ejemplo. ¿Es un modalidad o forma parte del habla coloquial? Por la vía de la modalidad se podría llegar a consagrar esapato como modalidad andaluza del zapato castellano.

El despropósito de los examinadores. Aunque el enfado de los colaboradores de los exámenes para el Nivel C de catalán puede llegar a entenderse, lo que no se comprende de ninguna manera es la forma planteada para retar al Govern. No se sabe si el sobresaliente general acabará en una general repetición de los exámenes, pero lo que está claro es que quien ha salido perjudicado no es Jaume Matas, sino los mil examinados que tal vez deban repetir la prueba.

Y mientras tanto, arranca la televisión autonómica. En esta semana marcada por la polémica lingüística, se han conocido además algunos nombres de los posibles directores de la futura televisión autonómica. ¿Emitirá en bilingüe, con modalidades y adaptada al Nivel C?