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Balears es la tercera comunidad con el suelo rústico más caro, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

El precio medio de la tierra en Balears, entendida teóricamente como soporte de las actividades agrícolas y ganaderas, era en 2002 (últimos datos aportados por el MAPA) de 14.790 euros por hectárea, sólo superada, a mucha distancia, por Canarias (78.073 euros) y la Comunitat Valenciana (20.733 euros por hectárea). El precio balear casi duplica el valor medio estatal: 8.001 euros.

Las tres comunidades que encabezan el ránking de suelo rústico más caro sufren la distorsión de factores externos a lo que son las actividades agrícolas: la presión urbanística. El suelo rústico pierde su valor como tal para convertirse en un amplísimo urbanizable, pero hay que tener en cuenta que en algunas de sus zonas pueden incidir las dos circunstancias: el mantenimiento de una intensa actividad agrícola y la creciente urbanización del suelo.

En Balears podemos encontrar encarecimientos del suelo rústico por causas ajenas a la presión urbanística. Un ejemplo sería la revalorización de los terrenos de la Denominació d'Origen del Vi de Binissalem, donde la demanda de suelo se centra en la ampliación de viñedos. En Menorca, con un suelo rústico prácticamente limitado a lo agropecuario, el valor de la tierra no sufre una incidencia urbanística tan alta como en Mallorca, con mayores facilidades para la nueva edificación.

Balears fue la segunda comunidad que más incrementó el valor de la tierra en 2002 respecto a 2001, pasando de 12.880 a 14.790 euros por hectárea, un aumento del 14'8%, sólo superado por el 19'6% de Murcia. Entre 2001 y 2002, el incremento medio en España fue de 448 euros (un 5'9%). El de Balears lo cuatriplica.

El secano de las Islas tiene un valor medio de 12.314 euros por hectárea, mientras que el regadío asciende a 22.581 euros.

Como dato curioso, Balears es la comunidad más cara, y a mucha diferencia de las demás, en el precio medio de los frutales de fruto seco de secano (almendros), con 15.624 euros por hectárea. Teniendo en cuenta la inestabilidad del precio de la almendra y que los campos de almendros ocupan más de 50.000 hectáreas en Balears, éste podría ser un ejemplo claro de incidencia urbanística en el valor de la tierra. En este apartado, la segunda comunidad más cara es la región de Murcia, con 10.950 euros por hectárea. La media estatal es de 6.175 euros. Balears la multiplica por 2'5.