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Ocho de la mañana. Buenos Aires. Acabamos de aterrizar y, tras pasar el control de inmigración, primera sorpresa: la cinta transportadora de maletas no trae la nuestra. Ni las dos cajas de ensaimadas que en Miquel des Forn de sa Pelleteria me regaló para que obsequiara a la tripulación deSnooty Fox, que en tierra lejana seguro que estaría encantado de saborearlas. «En Madrid han quedado tres contenedores llenos de maletas -nos dice el representante de Aerolíneas Argentinas-. De todos modos, cuando llegue a Ushuaia mire si por casualidad llegan. Tal vez las que iban allá no las han bajado del avión acá». A todo esto, nuestro nombre está sonando a través de los altavoces: «Última llamada para el Sr. Prieto, con destino a Ushuaia... etc. etc».

El de Aerolíneas, casi en volandas, nos lleva a la puerta de embarque saltándonos una larguísima cola de gente que mira indiferente que nos colemos. Y de ahí, en un coche al avión. Cuando subo a bordo... ¿A quién dirían que me encuentro...? ¡A Esther Arroyo!, que al descubrirme casi le da un pasmo. Porque ¿saben? Iba con el novio. Y con ellos otra chica. ¿La fotógrafa de la agencia? Tal vez. Pero yo paso. Aquella guerra no es la mía. Lo mío es la tripulación deSnooty, recién llegada de la Antártida a Ushuaia, la ciudad más austral de Argentina y segunda del mundo, por detrás de la chilena Port Williams.

Los tengo que buscar en el club náutico, que me han dicho que se ve enseguida, por la zona donde suelen amarrar los barcos que van o que llegan de aquel continente. Y si tengo problemas, que no creo, tendré que recurrir a Darío Urruty, un fueguino, coordinador de las Actividades Antárticas, que me recomendó otro, Pablo Bordignon, residente en Mallorca, o a Rubén, radioaficionado local, quien está en contacto permanente con la tripulación -y con los radioaficionados de Mallorca- incluso cuando navegaban en pleno. Sobrevolamos el estrecho de Magallanes, y a los pocos minutos, entre nubes grisáceas, descubrimos el canal de Beagle, y al fondo, en un llano que se extiende al pie de elevadas montañas, casi todas con nieve en su parte más alta, Ushuaia.

Pedro Prieto (Ushuaia)