Balears registró el pasado año 1.413.382 estancias turísticas menos
respecto a 2002, por la caída en picado del número de turistas en
los meses de temporada baja y media, con el consiguiente impacto
económico en la oferta de alojamiento turístico y en materia
laboral. En el gráfico adjunto se aprecia la evolución de este
indicador, en el que se constata que si en la temporada de 2002
hubo 87.306.743 estancias, en 2003 la cifra fue de 85.950.361. Este
decrecimiento contrasta con el aumento del 6,6 por ciento de
visitantes que llegaron a las Islas, vía marítima o aeroportuaria.
Según datos de la Conselleria de Turisme, en 2003 el número de
turistas registrados fue de 10.263.220, frente a los 9.466.311 de
2002.
Esta diferencia entre el número de entradas y de estancias,
según las patronales hoteleras de las Islas, «pone de manifiesto la
incidencia del turismo residencial y su impacto en la oferta
reglada». La estancia media también bajó en las Islas el pasado
año, al pasar de 9,2 días a 8,4 días. La tasa de ocupación en los
establecimientos turísticos fue similar en el comparativo de ambas
temporadas, al estar en 72,2 (2002) y 72,4 (2003). La diferencia en
este apartado es que se está diez puntos por debajo de la tasa de
ocupación registrada en 1999, que fue del 83,7 por ciento.
Estos diez puntos de bajada son los que han mermado los niveles
de rentabilidad en el sector hotelero, afectando a la cuenta de
resultados de los empresarios y a sus inversiones de mejora en la
oferta de alojamiento. Por mercados emisores extranjeros, el
británico es el principal mercado en Balears (3.403.700 turistas
procedentes del Reino Unido), seguido del alemán (2.839.900), el
italiano (368.000) y el francés (243.400). A destacar que el
italiano se ha convertido en el tercer mercado en importancia, al
haber desbancado al francés. El mercado español aglutinó un total
de 1.590.200 turistas en las Islas (1.322.000 en 2002).
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