Esta molécula, denominada ácido hidroxioleico, fue sintetizada
en laboratorio hace tres años por un grupo de 18 investigadores del
Institut Universitari d'Investigacions en Ciències de la Salut,
dirigido por Pablo Escribá.
Según los primeros estudios dados a conocer ayer, el ácido
hidroxioleico reduce la presión arterial y, por lo tanto, aminora
también el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, que es
la primera causa de mortalidad en el Estado.El ácido hidroxioleico
es también un potente antitumoral, con eficacia probada en
diferentes sistemas biológicos, y tiene una nula toxicidad, «por lo
que apenas provoca efectos secundarios», destacó Pablo Escribá.
Como valor añadido, esta molécula provoca una reducción
significativa del peso corporal, por lo que se han abierto nuevas
líneas de estudio para su utilización como sustancia para controlar
la obesidad. El investigador explicó ayer que esta molécula ha sido
patentada por la UIB a nivel nacional e internacional, para su
posterior desarrollo como fármaco tanto en la industria
farmacéutica como en la nutrofarmacéutica, es decir, la que lo
combina con alimentos.
Esta molécula de diseño se basa en la terapia lipídica, algo
novedoso pues actúa sobre la estructura de los lípidos de membrana,
«mientras que el 99 por ciento de los fármacos actúa sobre las
proteínas», destacó el profesor Pablo Escribá.
La revista científica «Hypertension» ya se ha hecho eco de este
descubrimiento, aunque, como aclaró el investigador de la
Universitat balear, «pasarán entre seis y ocho años antes de que el
ácido hidroxioleico pueda ser utilizado como fármaco».
La investigación está financiada por la Fundación Genoma España
y por diversas instituciones públicas del Estado español, que hasta
la fecha llevan invertidos aproximadamente unos 2,3 millones de
euros en estos estudios.
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