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MERCEDES AZAGRA El hambre va ganando a la humanidad y si las instituciones y los gobiernos no lo remedian, acabará por imponerse de forma definitiva. Manos Unidas celebra hoy su Campaña contra el Hambre en todas las iglesias y parroquias de la Diócesis, una campaña que posibilitará la ejecución durante este año de más de 800 proyectos repartidos por todo el mundo. El año pasado, Mallorca aportó alrededor de 250.000 euros, cantidad que se sumó a los más de 40 millones recogidos a nivel nacional. «Ayudamos a los pueblos a encontrar su camino. Un país sin infraestructura social no puede desarrollarse. Sabemos que el mundo nos pasa por delante: aumentan las desigualdades económicas y aumenta el número de pobres», afirma María Ignacia Chacártegui, delegada de Manos Unidas en Balears. No puede parar de trabajar, de pensar, de decidir. Chacártegui apuesta por la Humanidad, a pesar de mirar de frente a una globalización «centrada en la economía. El centro es la producción, no la persona; se está produciendo un empobrecimiento en muchos países y un enriquecimiento de un grupo pequeño que dicta las normas. Si no se soluciona la pobreza, al final no reirá ninguno», afirma. «Mientras el capital viaja al Sur, sus habitantes arriesgan sus vidas hacia el Norte. No hay leyes que puedan parar una migración por supervivencia. La inmigración en Mallorca irá en aumento». Reflexiona al comprobar un cambio sustancial en la forma de vida mallorquina. «La cultura en la Isla antes era muy austera, se reciclaba todo... Ahora ha venido un bombardeo de consumo que ha podido con nosotros». Bajo el lema «El futuro del mundo es compromiso de todos», Manos Unidas pide a los gobernantes que trabajen con decisión por una globalización de la solidaridad, que se aseguren a los pobres oportunidades de una vida digna; que en las escuelas se eduque en la solidaridad, recuperar la conciencia de la realidad y que las oportunidades de educación, capacitación profesional y participación en la sociedad lleguen verdaderamente a todas las personas, sin ningún tipo de discriminación social. Manos Unidas invita a todos los hombres y mujeres de buena fe a unirse al compromiso de esta campaña para mejorar la situación de más de 2.800 millones personas empobrecidas en todo el mundo.