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Un pequeño grupo de militantes y simpatizantes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se concentró ayer en la plaça del Rosari para rendir homenaje a Joan Crespí y Joanot Colom, líderes de un movimiento conocido como 'agermanats' que, en 1521, protagonizó un levantamiento popular que consiguió hacerse con el gobierno de la ciudad 229 días. Los 'agermanats' dieron continuidad a una revuelta de la payesía mallorquina que, en 1450, fue liderada por el manacorí Simó Tort, también homenajeado ayer: «Un recuerdo a quienes defendieron las libertades colectivas y la independencia, con su vida», declaró Joan Lladó, presidente de la Federación Balear de ERC.

Agermanats, Germanies valencianes o Comuneros de Castilla. Movimientos populares que lucharon contra «los señores». La lucha de los 'agermanats' constituye además uno de los episodios más negros de la historia de Mallorca.

Tras el fracaso de la revuelta, el 3 de junio de 1527, Joanot Colom fue condenado a muerte. Su cadáver, descuartizado, y su cabeza colgada y expuesta en la 'porta pintada' de la iglesia de Santa Margarita durante 300 años hasta que, en 1822, el cambio de régimen suprimió aquel símbolo de castigo para todo aquel que se atreviera a desafiar el orden. Su casa (hoy plaza del Rosari) fue derruida y cubierta con sal, símbolo de lo que no ha de volver a crecer. Su descendencia fue marcada e inhabilitada hasta la cuarta generación para cualquier cargo social, explicó el historiador Alexandre Seguí, presidente de la secció local de ERC en Palma.

«Una época que dividió a la sociedad mallorquina entre menestrals, aquellos que organizaban a los 'agermanats', y mascarats: nobles, mercaderes, notarios y eclesiásticos, que presentaron el movimiento como un alzamiento contra Carlos I, para ganarse los favores del rey. Una época de verdadera guerra civil, de supresión de libertades, de abuso y corrupción, que le costó a Mallorca un tercio de su población», apuntó.

El homenaje se celebra desde hace 15 años, el día en que el primer ayuntamiento democrático de Palma reconoció a los 'agermanats': el 7 de febrero de 1870.

También intervino el sacerdote y escritor, Jaume Santandreu y no faltó una representación valenciana de Esquerra.