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La fiesta de las Àguedas 2004 puso el cartel de «no hay billetes» a la cena espectáculo celebrada en el restaurante Pequeño Mundo, que congregó a más de 300 mujeres entre socias y simpatizantes, consiguiéndose un nuevo récord de asistencia. Los tres buffetes preparados por el equipo de Àngel Galdón gustaron por su variedad y cantidad, regados con vino, refrescos y cava. A la hora de los cafés se iniciaron las actuaciones. Abriendo la «marcha», Manolito de Teba, que emuló (es un decir) a Frank Sinatra, y un semi streep tease quedando al final con disfraz de Superman. Siguió el ballet Silver Nigth Dancers, con varios números de cabaret al más puro estilo del Moulin Rouge.

Acabada su actuación hubo un descanso para la rifa de premios, como fueron libros y aparatos de radio, ofrecidos por el Consell Insular y Relacions Institucionals del Govern balear, además de las sudaderas, gafas de sol y abanicos de diseño, obsequio del Grup Serra. En el sorteo del chal que aporta la Asociación de Àguedas, salió premiada Joanaina Gibert, del Pont d'Inca. Finalizada la entrega, la presidenta, Nati Conde, junto a las antiguas Àguedas Paz del Río y Trinidad Estévez, agradecieron su colaboración a la Àgueda 2004, Joana Cuenca, para luego sortear a la Àgueda 2005, saliendo la madrileña, casada con un mallorquín, Manoli Martín Blanco.

Mientras se esperaba el plato fuerte de la velada, o sea, eboy, hubo un sketch a cargo de las socias de la junta, muy divertido y aplaudido. Por fin, llegó la actuación más esperada, la del rubio escultural José Sebastián, que apareció vestido de marino en color blanco. Al compás de la música fue desprendiéndose de sus prendas con insinuantes movimientos, provocando entre el personal femenino un auténtico delirium tremens. Las más osadas participaron en el escenario y otras armaron un gran revuelo cuando eboy se aproximaba a sus asientos o cuando, en décimas de segundo, dejó entrever sus atributos. El baile de discoteca puso el colofón a la gran fiesta de las Àguedas.

Amalia Estabén