Puig (en la foto, ayer en el pleno) ha iniciado los contactos con los ayuntamientos para poder construir las residencias.

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Con esta infraestructuras, el Govern persigue aliviar la lista de espera que existe en la actualidad para acceder a una residencia pública. Ahora mismo hay 1.800 mayores que esperan poder tener plaza en los centros públicos y la lista aumenta año tras año debido al envejecimiento de la población balear. En una primera fase de este macroproyecto, el Govern contactará con los ayuntamientos de las Islas para que cedan los solares necesarios para construir los nuevos centros de la tercera edad. La intención de la Conselleria de Presidència es poder adjudicar todos los proyectos antes de concluya este año.

De las 15 residencias previstas por el Govern, entre 8 y 10 se construirán en Mallorca, en Eivissa podrán crearse entre 2 y 3 y se está pendiente de la petición que haga el Consell Insular de Menorca. En todos los casos, el Govern financiará las obras y cederá la gestión de los centros a los distintos consells insulars. Del total de residencias nuevas, dos se construirán en Palma. El Govern calcula que la inversión total para construir estos 15 centros rondará los 82 millones de euros, aunque a esta cantidad hay que descontar la partida que aporta el Ministerio de Trabajo y los solares que aportarán los ayuntamientos.

Por lo tanto, el coste real será de unos 60 millones de euros (10.000 millones de pesetas). La aportación de Trabajo es indispensable para la puesta en marcha de los proyectos. Según fuentes del Govern, cada residencia puede tener un coste aproximado de 7 millones de euros y los centros tendrán una capacidad para 100 residentes. Muchas de estas plazas serán para mayores asistidos. Una vez finalizada la construcción de todos estos centros se habrán creado 1.500 plazas públicas en Balears. Es decir, el Govern habrá duplicado el número de plazas en residencias en menos de cuatro años.