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Tras el nombramiento de Jesús Murgui como obispo de Mallorca, éste debe ratificar o efectuar nuevos nombramientos en la Iglesia de Mallorca. Con este motivo, hoy ha sido convocado el Consejo Episcopal. En principio, lo más probable es que el nuevo obispo mantenga el equipo nombrado por el obispo Teodoro Úbeda, y posponga los cambios hasta dentro de un año, cuando ya conozca la Diócesis y pueda elegir a sus más directos colaboradores.

En cualquier caso, deberá firmar en los próximos días un decreto con el que confirmará los cuatro cargos principales: Vicario general (cargo que ocupa actualmente Andreu Genovart), 'número dos' de la Diócesis. Vicario judicial (Antonio Pérez Ramos), aplica el Derecho Canónico en cuestiones judiciales. Canciller secretario (Joan Darder), acredita la firma del obispo. Ecónomo diocesano (Pere Torres), administra los bienes económicos de la Diócesis. Los dos últimos dependen directamente del vicario general.

De todos ellos, sólo el primero debe ser ratificado o renovado obligatoriamente. En el caso de que no sea así, la persona que ocupe el cargo de vicario general cesará en su cargo. En el resto de nombramientos, ninguno cesará, a menos que el obispo lo dictamine. El obispo no puede prescindir de los cargos anteriores, pero sí de otros, como los vicarios episcopales, cuya existencia y número dependen de la voluntad del prelado y cuyo trabajo lo tutela el vicario general.