El Consejo General de la ONCE, en su quinto pleno extraordinario
(15 de julio de 2003), aprobó la creación de la figura del Defensor
del Afiliado, cuya responsabilidad recayó en Aurelia Millán. El
miércoles y jueves pasado, estuvo en la Delegación Territorial de
les Illes Balears para explicar a los invidentes insulares las
características y funciones de este nuevo cargo, destinado a velar
por el cumplimiento efectivo de los derechos de los afiliados,
supervisar y evaluar de forma estricta los servicios que la ONCE
les presta en el ejercicio de sus funciones y proponer actuaciones
que redunden en un incremento de la calidad de vida de los
ciegos.
«Desde que se puso en marcha esta nueva figura, hemos recibido
56 quejas en toda España, de las cuales sólo una ha sido de
Balears. También hay que decir que la mitad de estas reclamaciones
no han sido admitidas a trámite, ya que la gente a veces confunde
cuáles son las competencias del Defensor del Afiliado. Es
importante reseñar esto, porque las reclamaciones deben encauzarse
de forma idónea». Millán puntualiza: «Si un ciego ve mermados sus
derechos frente al resto de la sociedad, debe acudir al Defensor
del Pueblo. Pero si el invidente afiliado observa que hay una
lesión de los derechos básicos contemplados en el artículo 10 de
los estatutos de la ONCE, debe dirigirse a nosotros. Para decirlo
de forma más clara, nos encargamos de posibles problemas
internos».
La atención educativa en edad escolar, la rehabilitación para
una autonomía personal, la formación y promoción laboral, el apoyo
a la cultura dentro de la normativa de la ONCE, el acceso a la
venta del cupón, el acceso a la formación institucional y la no
discriminación son algunos de estos derechos básicos.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.