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L'Associació d'Amics del Poble Saharauí de les Illes Balears organizó ayer un coloquio sobre el «Conflicto del Sáhara Occidental y la apertura democrática de Marruecos» en el que participaron Mohamed Sidati, representante del Frente Polisario en Bruselas y el periodista Ali Lmrabet. La citada asociación quiso así conmemorar la proclamación de la República Àrabe Democrática Sahrauí (RASD) en 1976.

Ali Lmrabet reside, en la actualidad, en Barcelona donde acude a tratamiento médico para superar las secuelas de su estancia de siete meses y medio en la cárcel: «Fui acusado por el régimen marroquí, no voy a decir el Gobierno marroquí porque no pinta nada. Fui acusado por el entorno real de haber ultrajado al Rey, de haber atentado contra la monarquía y contra la unidad territorial de Marruecos, como si yo fuera un regimiento», afirmó este periodista independiente, fundador de las revistas «Demain», «Demain magazine» y «Duman», revistas satíricas al modelo francés, no español: «No somos 'El Jueves'.

La primera condena contra el periodista fue ocasionada por una noticia, de «Demain Magazine», que informaba de la posible venta del Palacio Real de Sjirat. La segunda llegó tras la reproducción de unas caricaturas del Rey de Marruecos y de una entrevista a un disidente republicano marroquí en un diario español.

Durante su estancia en la cárcel de Salé realizó dos huelgas de hambre, algo que le ocasionó graves secuelas físicas. Ali Lmrabet contó con el apoyo de muchas asociaciones internacionales, una presión que finalmente favoreció su indulto.

De su intervención declaró: «No he venido para defender las posiciones del régimen marroquí. Pienso que por razones históricas el Sáhara es marroquí, aunque hay que darles algo, una autonomía generosa. No se les puede ofrecer ser súbditos de una monarquía feudal y absolutista». Ali Lmrabet valoró muy positivamente el segundo Plan Baker, en el que se establece un periodo de cinco años para que Marruecos se modernice. Después, el Pueblo Saharaui podrá celebrar un referéndum de autodeterminación». Ali se define como un militante de la libertad de expresión: «Muy pocos en mi país reconocen que debemos hablar con todo el mundo».