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A Mariano Rajoy los empleados del aeropuerto de Menorca le regalaron un casco de bombero. Aunque la intención última del presente se me escapa, reconozco que conocer este detalle me hizo plantarme en Son Moix con renovado brío. No es que un mitin de Rajoy no sea vibrante, tan vibrante como el propio candidato, pero reconocerán que un mitin de Rajoy con casco de bombero ya es otra cosa. El casco no apareció así que, puestos a aventurar qué fue de él, se me ocurre que Rajoy lo guardó para regalárselo después a su colega Federico Trillo, aunténtico merecedor del asunto a la vista de las ideas de bombero que tiene últimamente con el Perejil y otras hierbas.

El casco le habría venido de perlas al candidato para ahuyentar el frío que hacía en Son Moix. Tanto frío hacía que ni siquiera la apasionante actuación de Jaume Matas, con un emocionado discurso sobre el tipo mínimo de renta impositiva en las declaraciones progresivas del sistema ordinario, consiguió caldear el ambiente. Eso sí, cada vez que nombraba a Carod-Rovira se llevaba un silbido. Se supone que el silbido iba para Carod.

Afortunadamente, alguien colocó espontáneamente a una veintena de jóvenes detrás del candidato, que saltaban con la espontaneidad de un muelle al grito de «presidente, presidente» cuando alguien les daba una espontánea indicación. Interrumpieron tanto al candidato que, por un momento, pareció que en realidad eran antiautovías que estaban allí para reventar el mitin. Hubo antiautovías, pero fuera del recinto. Eran una treintena y se llevaron epítetos tan coherentes con su presencia allí como «vagos» y «maleantes».

El estadio se llenó hasta la bandera de banderas. A ello ayudó la merendola que el PP pagó a la mayoría de los asistentes al acto, mayoría que se encuentra en esa edad en la que el hombre deja de caminar sobre dos piernas y ya necesita tres apoyos.

Ahora resulta que Rajoy no se llama Mariano. Cual legión romana SPQR, se llama MRSP, por obra y gracia de Catalina Cirer, cosa que no quiere decir Muy Respetable Señor de Pontevedra, sino Mariano Rajoy Super Presidente.

El PP ha tenido el detalle de permitirnos tener un candidato, Maria Salom, con auténtica denominación de origen de Inca, que descubrió unas muy buenas dotes mitineras. El PP también ha tenido el detalle de cambiar el mal humor de Aznar por el humor gallego y perifrástico de Rajoy. El candidato a presidente aseguró que él es un hombre normal. Pensando en su futuro, supongo que sus militantes querrán entender que 'normal' no es sinónimo de 'corriente'.