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Dos habitaciones con dos camas cada una con capacidad para cuatro madres de neonatos. Esa es la capacidad actual de la segunda planta del hospital Son Llàtzer donde son atendidos los niños nacidos de forma prematura y que necesitan alimentarse del pecho de la madre cada tres horas. Este fin de semana, según explicó a este diario una de las madres, está previsto que se celebren quince partos y las instalaciones corren el grave riesgo de quedar colapsadas por la demanda. «Nosotros necesitamos estar cerca de nuestros hijos y ocupar estas habitaciones, ya que la mayoría somos de recursos escasos y no podemos pagar taxis para ir y venir cada tres horas. Hasta ahora, los responsables de Son LLàtzer se han portado bien con nosotras, ya que anularon una orden para que desalojáramos las instalaciones», explicó una de las madres. Consideran, no obstante, que el servicio «puede mejorar mucho» si los responsables del centro de neonatos mejoran el menú, «que no favorece la lactancia», y aumenta las medidas de seguridad, «ya que se están registrando robos».

Este diario quiso conocer la opinión de la supervisora de guardia de la planta de neonatos, pero ésta rehusó realizar declaraciones.