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El secretario de Estado de Justicia, Rafael Catalá, no dudó en calificar los atentados de Madrid como «la tragedia más grave en la historia de la democracia en España». En una rueda de prensa que ofreció tras participar en un acto de homenaje a las víctimas de las acciones terroristas -se guardó un minuto de silencio frente a la Delegación de Gobierno- Catalá se mostró consternado ante la matanza en la capital de España. Tras realizar un llamamiento a la unidad «de todos los demócratas» en el apoyo a las víctimas y a sus familias, Catalá, que se desplazó a Palma para participar en un acto relacionado con los juicios rápidos, denunció «la sinrazón» de «quien pretende imponer la amenaza, el chantaje y el asesinato de ciudadanos que iban esta mañana (ayer) a trabajar, a estudiar y a hacer su vida cotidiana».

Y añadió: «Estos atentados han causado una tragedia en muchas familias y mucha gente de bien en un día de dolor para todos». «Es intolerable que en una sociedad democrática, que respeta las libertades, existan todavía algunas personas, incluso algún movimiento político que pretende amparar este tipo de comportamientos absolutamente insoportables y absolutamente intolerables», continuó. Catalá apeló al consenso para «poner de manifiesto la tolerancia cero de todos los demócratas hacia quien lleva a cabo estos comportamientos y hacia quien políticamente pretende darles la más mínima cobertura».

«No merece la pena perder ni un minuto en tratar de entender a quien hace este tipo de actos asesinos y desde hace muchos años que España viene sufriendo y luchando contra la sinrazón y contra el nepotismo de ETA», precisó, antes de que se barajara la posibilidad de que Al Qaeda también pudiera estar implicada. El juez decano de Palma, Pere Barceló, expresó, asimismo, su más «profundo sentimiento de solidaridad» hacia las víctimas de los atentados terroristas de Madrid y sus familiares, y calificó los hechos de «una auténtica atrocidad y un atentado más a la democracia», dijo. Los funcionarios de la Administración se concentraron ante sus edificios de trabajo, que incluyen, entre otras, las sedes de la Administración Periférica del Estado, de la Seguridad Social, de Sanidad Exterior, de Correos y de Tráfico y las terminales aeroportuarias.