«Desastre», «disparate» y «falta de responsabilidad política» por
parte de la Generalitat y del Govern. Así definieron ayer distintas
voces de la cultura local la falta de acuerdo entre ambos gobiernos
respecto al Institut Ramon Llull (IRL). La medida deja en el aire
la presencia balear en Feria del Libro de Guadalajara (México),
donde la lengua y cultura catalana son protagonistas a final de
año.
El IRL se creó en 2002 por los gobiernos de CiU y el Pacte de
Progrès para la promoción exterior de la lengua y cultura
catalanas. Los Parlaments de ambas comunidades y el del Estado
aprobaron su nacimiento por unanimidad. La constitución oficial fue
en el Monestir de la Real ante Jordi Pujol y Francesc Antich.
Para el escritor Damià Pons, entonces conseller de Cultura y uno
de sus impulsores, la noticia «es absolutamente lamentable», decía.
«Por la falta de formalidad de la Generalitat por como ha planteado
el tema y las relaciones con el Govern; y porque éste, a la primera
ocasión, se desentiende de un proyecto en el que el PP no cree,
pero indispensable para la lengua y la cultura de Balears». No «han
sabido entender que el IRL era un consorcio entre dos en igualdad
de condiciones, ha habido utilización partidista por ambos».
«Todo lo que ha ocurrido es un gran disparate», dijo el escritor
Baltasar Porcel. «Por sí mismo y por lo que significaba haber unido
en una acción común, por primera vez institucionalmente, la cultura
catalana y balear; la posición balear es justificada porque en
Barcelona les han tratado como a pobres diablos». Patrono del IRL,
también recuerda que, en cuanto a la lengua, «el PP dice unas cosas
antes de las elecciones y, después, dice y hace otras».
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