El informe, que incorpora una serie de recomendaciones a los
centros, destaca el «claro avance» en el aporte de fruta y verdura
en los menús escolares y destaca la necesidad de que los padres y
los responsables de los comedores apoyen este progreso. Con todo,
el estudio recomienda a un pequeño porcentaje de los comedores que
disminuyan el contenido de grasa en la forma de cocinar y que
aumenten la aportación de cítricos, además de reducir el número de
postres dulces, como natillas, pasteles y frutas en almíbar.
Gelabert y Sannz indicieron en la importancia que tienen las
familias y los centros escolares para procurar una dieta saludable
a los alumnos. En este sentido, y pese a las campañas emprendidas
(y otras que se van a poner en marcha), el equipo municipal ha
detectado ciertas reticencias a las frutas. Si dan a elegir entre
una fruta y unas galletas, se opta por la segunda opción.
Para el próximo curso, el Consistorio tiene previsto organizar
una serie de visitas a los mercados municipales para que los
alumnnos tomen contacto directo, desde pequeños, con las frutas,
las verduras y los productos naturales. La comida saludable es
básica para prevenir la bulimia y anorexia. Según datos aportados
por el Ajuntament, el 54 por ciento de los alumnos de los colegios
privados de Palma utilizó el servicio de comedor durante el
presente curso, mientras que en los centros concertados y públicos
el porcentaje se sitúa, respectivamente, en el 37% el 22%. Para la
elaboración de las comidas, el 22% de los centros públicos asumió
su preparación, el 64% la encargó a una empresa especializada y el
4% combinó la confección propia de los menús con un servicio
externo al centro escolar.
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