La Operació Quinta Illa, que ha traído a Mallorca a 65 personas
de origen balear que en su día emigraron a Latinoamérica, alcanzó
ayer su momento más emotivo al producirse el primer reencuentro con
sus familiares en Mallorca, en el hotel Java, en presencia del
director general de Joventut, Juan Manuel Gómez. «La comunidad
balear va más allá de las fronteras del Mediterráneo», indicó al
destacar que los invitados a este viaje en busca de las raíces
autóctonas son los mejores embajadores de nuestra cultura a través
de las casas que representan a Balears en los distintos países de
Iberoamérica.
La sala de animación del establecimiento hotelero de la Platja
de Palma reunió ayer a cerca de 30 personas mayores de 65 años de
origen mallorquín, 6 de Menorca y 9 de Eivissa-Formentera junto a
24 jóvenes, la mayoría argentinos. Entre ellos nos llamó la
atención la joven cubana Salcari Loredo, que conocía Mallorca de
oídas por los relatos de su abuelo, quien abandonó la Isla en 1918
en un barco para no alistarse. Tambien de la isla caribeña procede
Rosario Sire, que lleva consigo 20 cartas dirigidas a distintas
instituciones para localizar sus orígenes familiares a través de la
inscripción de nacimiento en el registro civil o en las iglesias
para tramitar la nacionalidad española.
Una emotiva imagen de este reencuentro fue la que protagonizaron
María Juaneda, de la Casa Balear de Venezuela, y su ahijada Pilar
Martínez. «La distancia no es el olvido», asegura, recordando que
se marchó de Palma en 1957 habiendo fallecido sus padres para irse
a vivir con su hermano, que ya había emigrado al país
antillano.
Gabriel Alomar
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