La calidez de la noche y el buen ambiente presidieron una fiesta veraniega y animada. Foto: TERESA AYUGA

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Con la llegada del verano se prodigan las fiestas al aire libre, donde la música, la comida, la bebida y, sobre todo, la alegría que da el buen tiempo son los protagonistas. Ahora que los escolares disfrutan de vacaciones y que los más mayores gozan del fin de semana, el momento no puede ser mejor para organizar una verbena con todos los ingredientes de la diversión. Anoche el escenario era el Pueblo Español, un recinto cargado de historia y de idílicos rincones, ideal para un festejo como el que promovió la Asociación de Artesanos y Comerciantes del lugar. Nada mejor que el ritmo y la sabrosura de la música caribeña para inspirar un ambiente de amistad y distensión.

Eso fue lo que pretendían los comerciantes, que a pesar de la alegría y la diversión circundantes no podían ocultar la preocupación por el futuro del Pueblo Español. Así lo constató el vicepresidente de la asociación que los agrupa, Jaime Mora, que se mostró consternado por la situación que vive el recinto, orientado hoy hacia la venta y promoción de la artesanía balear. A este respecto, comentó lo sorprendentes que han sido las noticias que hablan de la posibilidad de instalar allí tiendas de marcas internacionales de lujo.

Pese a los problemas que acucian al Pueblo Español, ayer era una noche de fiesta y como tal el protagonismo se lo llevó la calidez de las temperaturas nocturnas, la alegría de la música latinoamericana y, sencillamente, las ganas de pasarlo bien de cuantos acudieron al lugar. «Es una fiesta -dijo Mora-, que se celebra desde hace años, pero esta vez teníamos más ganas que nunca, para demostrar que estamos aquí y que la artesanía balear sigue estando viva». «Tenemos que volver a ser lo que éramos, recuperar nuestra viveza», añadió el vicepresidente de la entidad.

A.M.