Paloma Lago llegó ayer a Mallorca sin su prometido, Àlvaro
Bultó, con quien contraerá matrimonio, no quiso decir si por lo
civil o por la Iglesia, el próximo mes de octubre. La modelo y
presentadora se encuentra en Palma con motivo del 125 aniversario
de la Relojería Alemana y en la presentación en exclusiva de Patek
Philippe, el primer reloj deportivo femenino de acero engastado con
diamantes que ayer, Paloma nos mostró tras haber navegado durante
parte de la jornada a bordo del emblemático Rafael Verdera.
La gallega y otros invitados por la organización estuvieron en
aguas mallorquinas, muy cerca de la costa de Calvià, donde algunos
aprovecharon para darse un buen chapuzón. A las seis de la tarde,
cuatro horas antes del evento de la noche, el Rafael Verdera
llegaba al amarre del Passeig Marítim, frente al Auditòrium, donde
Paloma Lago desveló algunos, muy pocos, secretos de su futuro
segundo enlace matrimonial, puesto que estuvo casada con Javier
García Obregón, hermano de Ana Obregón, con quien tiene un hijo,
Javier, de siete años de edad. Lo cierto es que Paloma confesó
estar muy ilusionada y aunque no dijo si la ceremonia será o no
religiosa, aseguró que «será una boda maravillosa». «No sé, -dijo
Paloma Lago- cómo será el vestido, pero tengo mucha ilusión y estoy
muy contenta».
Con respecto a ampliar la familia después del viaje de novios,
«estoy demasiado ocupada con los preparativos de la boda, todavía
no me veo con una barriguita». Tampoco descarta pasar unos
inolvidables días junto a Àlvaro, antes de la boda, a pesar de los
diversos compromisos profesionales de ambos.
La imagen de felicidad radiaba en el bronceado rostro de la
esbelta, y quizás extremada delgadez, de Paloma Lago, quien nos
mostró orgullosa el anillo de pedida que le regaló su chico, al que
definió como: «el hombre de mi vida».
Pedro Prieto
Fotos: Julián Aguirre
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