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La llegada de la tarde es un buen momento para disfrutar de un paseo, una partida de golf en el cercano campo de 18 hoyos o un baño en la playa de Canyamel, con el fondo de las hermosas montañas que forman la Serra de Son Jordi con alturas como el Puig des Moro y Puig Negre, cada vez más recubiertas de grandes viviendas de lujo y segundas residencias, que han sustituido el verde de la vegetación por el blanco o crema del cemento pintado.

Pese a la presión urbanística a que se ha visto sometida esta zona turística durante los últimos diez años, con el agravante de la devastación ocasionada por el temporal de noviembre de 2001 cuyos efectos permanecen bien visibles, aún podemos disfrutar aquí de la contemplación de un área natural de especial interés, como es el torrente de Canyamel. Un enclave acuático bordeado por miles de cañas, que dio nombre a este lugar a raíz del comercio de la caña de azúcar a partir del siglo XV y donde se ha establecido una colonia de patos silvestres, que ofrecen una nota de vida salvaje ante un entorno cada vez más saturado.

Otra interesante alternativa para dedicar la tarde es la visita a las grandiosas Coves d'Artà, en un recorrido de cerca de medio kilómetro, visitadas a lo largo del siglo XIX por los grandes novelistas franceses como Víctor Hugo, Julio Verne o Alejandro Dumas y cuya escenográfica escalinata construida en 1860 para recibir a la reina Isabel II, bajo la boca de entrada ubicada en el Cap Vermell, constituye un preludio del espectáculo de luz y sonido. Allí se puede admirar la «Reina de las columnas», estalacmita gigante de 22 metros de altura formada tras miles de años de sedimentación en una cavidad que supera la altura de la nave central de la catedral de Palma. La noche se presenta aquí especialmente tranquila, restringiéndose el ambiente a los hoteles, salvo durante las fiestas de verano en que como pudimos comprobar se organizan verbenas populares, con baile de salón, a ritmo de bolero, mambo, foxtrot o pasodoble, con amplia asistencia de un público mayoritariamente local.

Gabriel Alomar