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El pleno celebrado ayer en el Ajuntament de Palma se inició con una bienvenida, la de la nueva regidora del PSOE Jacqueline Raynaud, y terminó con una despedida, la del interventor, Josep Maria Manila, que se jubila después de 30 años en Cort. Entre medias, 66 puntos ordinarios en el orden del día, 9 puntos tratados por vía de urgencia, 11 horas de debate y diversos momentos de crispación extrema, que parecían ya superados, y que ayer fueron debidos a las tensas intervenciones y réplicas que protagonizaron el teniente de alcalde de Urbanisme, el popular Javier Rodrigo de Santos, y el portavoz de EU-EV, Eberhard Grosske.

La principal novedad de este pleno fue que se aprobaron de manera definitiva los reglamentos orgánicos del Ple, del Govern i de l'Administració Municipal y del Consell Tributari, así como los reglamentos orgánicos del Consell Social de la Ciutat y de los Drets de la Ciutadania inicialmente. Todos ellos contaron con el voto afirmativo del PP y del PSOE, y con el voto negativo de EU-EV y del PSM-EN, excepto en el caso del reglamento del Consell Tributari, que fue aprobado por unanimidad. Los partidos minoritarios señalaron que ahora contarán con un menor poder de control y de fiscalización, además de considerar que la participación ciudadana recogida en los textos no está ni mucho menos asegurada, posición defendida también por la presidenta de la Federació d'Associacions de Veïns de Palma, Rosa Bueno. La presidenta de la Fepae, Soledad Sarabia, consideró necesario, en cambio, dar un voto de confianza a los nuevos reglamentos aprobados.

También hubo tiempo para hablar sobre asuntos nuevos, como la futura Constitución Europea, o antiguos, como Son Espases o los premios Ciutat de Palma, así como para visualizar el ya tradicional despliegue de pancartas, en uno u otro sentido, de cada pleno, o para escuchar los ya habituales aplausos o silbidos, según los casos, de los asistentes, y para dejar sobre la mesa un número inaudito de propuestas. Y aun así el pleno duró 11 horas, 11.