Segunda jornada de la XXIII Copa del Rey tanto deportivamente
hablando como socialmente. El Rey, la infanta Cristina y el
príncipe Felipe salieron a primera hora de la mañana a competir con
sus correspondientes tripulaciones. Mientras tanto, la Reina, doña
Letizia y el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, junto a dos de sus
hijos, el mayor, Juan Valentín, y el más pequeño, Miguel, navegaron
a bordo del yate «Fortuna» para seguir con atención la regata.
Los niños saludaban entusiasmados tanto a su abuelo, el Rey,
como a su madre, la infanta Cristina. Por su parte, la Reina y la
princesa de Asturias, que en todo momento estuvieron pendientes de
los niños, conversaban animadamente en la cubierta del «Fortuna».
La Reina vestía de rosa mientras Letizia sigue fiel al blanco roto
y a la visera de color verde militar.
Ya por la tarde, sobre las 19.30 horas, los veleros de la regata
llegaban al pantalán. Entre ellos, el del Príncipe que, tras
charlar un rato con la tripulación, se encaminó hacia el interior
del Club Náutico de Palma arropado por un baño de multitudes que
deseaban hacerse una foto con él, darle la mano o incluso darle un
beso. Fueron muchos los curiosos que le preguntaron por el paradero
de su esposa, aunque el Príncipe se limitó a decir que estaba bien.
En todo momento, se mostró muy amable y simpático con la gente que
llevaba casi toda la tarde esperándolo.
Samantha Coquillat
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