Los touroperadores alemanes comercializarán el próximo verano en
Mallorca una nueva modalidad de alojamiento, que incluirá el avión
más la estancia en el hotel con desayuno, complementado con la
posibilidad de comer o cenar en restaurantes de la Isla mediante la
utilización de bonos especiales, según adelantó ayer en Mallorca el
presidente del grupo turístico FTI, Dieztmar Gunz, en la
presentación de los folletos de invierno 2004-2005.
«En estos momentos estamos negociando con empresarios de
restauración para poder implantar este sistema, que ya funciona en
otros países, caso de Italia. Nuestra intención es tenerlo
operativo en la próxima temporada de verano en Mallorca porque
pensamos que puede ser una opción más al todo incluido y captar un
importante segmento de mercado turístico que considera que la
oferta complementaria fuera del hotel es cara», afirma Gunz.
Para el presidente de FTI, el modelo de sol y playa no está en
crisis en Mallorca, «sino que todo es una cuestión de productos. El
consumidor no se puede permitir según qué precios, de ahí que opta
por rentabilizar al máximo sus vacaciones y busca todos los
productos que hay en el mercado. Esto es lo que justifica la
proliferación del todo incluido en Mallorca, que seguirá creciendo
en la Isla durante la temporada de verano a lo largo de los
próximos años, no así en el invierno, puesto que el turista de
temporada baja y media prefiere salir del hotel para disfrutar de
la oferta complementaria».
Tanto FTI como el resto de grupos turísticos alemanes, entre
ellos TUI, Thomas Cook y Alltours, prevén que el crecimiento de
pasajeros alemanes en Baleares crezca entre un 4 y 7 por ciento
anualmente, «aunque no podemos determinar qué porcentaje
corresponderá a reservas con paquete turístico, turismo individual
o residencial. No hay sistema estadístico capaz de tamizar esta
cuestión, de ahí que sólo podemos hablar de aumento de pasajeros
alemanes en las temporadas de verano e invierno».
Precisamente, FTI ha apostado fuerte por convertir la temporada
de invierno en su «temporada de verano, porque confíamos en el
potencial de Mallorca como destino vacacional en los meses de
temporada baja, siempre y cuando se oferten productos hoteleros
adecuados, porque no todos los alojamientos turísticos de la Isla
están preparados para ello. Para este invierno tenemos contratados
en la Isla unos 45 hoteles. La Isla se puede comercializar en los
meses de temporada baja, porque hay una oferta complementaria y de
servicios de calidad, pero los hoteleros deben también apostar por
ello, así como toda la oferta turística, comercial y de servicios.
Se puede desestacionalizar Mallorca», señaló Gunz.
En cuanto a la promoción turística, el presidente de FTI
puntualiza que el Govern debe realizar un esfuerzo, «porque en esta
estrategia de desestacionalización ganamos todas partes. A mayor
ocupación y alargamiento de la temporada, mayor rentabilidad para
el hotelero, el touroperador y para la actividad laboral. Hay que
trabajar en ello y lograr captar el mayor número de segmentos de
mercado, porque hay demanda para ello en los países emisores
turísticos europeos».
Sol y playa, en crisis
Por su parte, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona,
realizó ayer un tajante diagnóstico sobre el futuro del turismo en
España, al afirmar que «el modelo turístico de sol y playa tiene
los días contados» como consecuencia de la lenta degradación de la
capacidad de competir de España, cuyo crecimiento económico «se ha
centrado exclusivamente durante años» en el turismo y la
construcción, algo que lamentó.
Narbona, que inauguró el seminario «Desarrollo sostenible.
Avances operativos y desafíos» en la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo (UIMP), aseguró, según Europa Press, que esta
observación no es una apreciación del Gobierno al margen de la
realidad, sino que ha sido constatada «por los propios
profesionales del sector» quienes han pedido un plan renove para la
reconversión acelerada de los hoteles.
Como contrapartida, la ministra defendió un «modelo más
diversificado» en el que el litoral «no se colmate», más racional y
sostenible, pues «perseverar en un turismo que ya da muestra de
atonía no parece lo más adecuado». Además, recordó el escándalo que
supuso la implantación de la ecotasa por el anterior Gobierno
balear, cuestión que el Ejecutivo de José María Aznar «convirtió en
el gran enemigo del turismo». «Ya no hay ecotasa y todos estamos
viendo cómo está el turismo en Balears», resaltó, explicando que
los problemas del sector turístico en el archipiélago balear son
estructurales.
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