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Hemos salido a la calle para preguntar a los turistas que visitan Mallorca qué tal se come en los hoteles de tres estrellas, y las respuestas no podrían haber sido más satisfactorias para el sector hotelero mallorquín. La mayoría de hoteles de tres estrellas se han decantado por el buffet a la hora de ofrecer las comidas a sus clientes. Casi todos los turistas a los que hemos consultado han calificado los buffets de abundantes, de buena calidad y variados. Los buffets de los hoteles de tres estrellas suelen tener de tres a cinco platos fríos y de cuatro a seis platos calientes. Los platos fríos son generalmente una variación de ensaladas verdes y de pasta y alguna sopa de verano; también suelen poner a disposición del cliente un surtido de fiambres y quesos. Entre los platos calientes no falta nunca algún tipo de pescado, carne y alguna otra especialidad como paella, espagueti con salsa o lasaña. Una de las cosas que podemos encontrar en todos los buffets son las patatas fritas, que causan furor entre los más pequeños, que las pueden comer hasta «hartarse». Para completar el menú los clientes pueden también elegir entre un surtido de postres, como fruta, helado, arroz con leche, natillas o diferentes dulces. Los hoteles hacen una rotación de quince días en sus menús, por lo que generalmente los clientes no repiten los mismos platos. Hay otros hoteles que prefieren hacer un menú más flexible y más adaptado a las ofertas del mercado, lleva más trabajo de planificación que el menú rotativo pero la diversidad culinaria que presentan estos hoteles es mucho mayor que la del resto. La presentación que hacen los diferentes hoteles de sus buffets es también uno de los factores diferenciadores entre unos y otros, la decoración de las bandejas con las viandas las hace mucho más atractivas, ya se sabe que la comida nos entra primero por los ojos. Una de las pocas pegas que los turistas les han puesto a los buffets de los hoteles de tres estrellas es que la bebida no se incluye en el menú, ni tan solo el agua.

El matrimonio Gaudel, que está disfrutando de sus vacaciones junto a sus cuatro nietas, está muy contento con el contenido del buffet del hotel en el que se hospedan en Cala Major: «Es abundante y variado, además todo está muy bueno», comenta el matrimonio francés. Silvia y Gloria, que han venido desde Vigo, opinan que el buffet de su hotel es muy variado aunque no les gustan muchas de las cosas que hay en el menú. Janette y Diana, madre e hija, han venido de Irlanda del Norte y se hospedan en Deià, están encantadas con la comida de su hotel. Vanna y su hijo Juliano están en un hotel del Port de Sóller, ellos también están muy satisfechos con el menú de su hotel: «Es de agradecer, ya que si tienes que comer fuera sale muy caro». También en el Port de Sóller encontramos a Kirsty y Jay, periodista ella y banquero él, que destacan la gran variedad de productos que pueden encontrar en el buffet de su hotel. José María y Delia disfrutan de pensión completa en un hotel de s'Arenal, dicen que lo que más les gusta es el desayuno, pero que todas las comidas están muy bien. Ingemar Lindkrist y Gunilla Hedberg están en un hotel de la Platja de Palma, han venido de Suecia y están contentos de que en el menú del buffet haya cada día un plato típico para poder conocer la gastronomía local, que les está gustando mucho. El matrimonio Bush ha llegado de Dinamarca y se hospeda en Cala Major, están satisfechos con la comida del hotel y su única queja es tener que pagar el agua de la comida a parte.

Es la misma queja que tienen las jóvenes italianas Tatiana Bazzucchi y Francesca Angeledi, a pesar de esta pega están más que satisfechas con la comida que ofrece su hotel. Otros turistas, como Rafa y Carmen, han preferido disfrutar sólo del desayuno y comer fuera cada día, «es la mejor forma de conocer la Isla», comenta Rafa.

Julián Serrano